Una actitud por demás indecorosa para un diputado nacional. Que agregar a lo que dicen los medios nacionales. Verguenza ajena. Sobre todo si se tiene en cuenta que las sesiones son en vivo.
Algo le falló a Juan Emilio Ameri. Tan grave como su propia templanza. De hecho no debe tenerla. La ha perdido o quizá nunca la tuvo. Hace poco observamos como Esteban Bulrrich se sentaba delante de una gigantografía. En Río Negro se le faltó el respeto en vivo a la gobernadora.
Esto revela que quienes deben hacer las leyes para que traccione el sistema democrático viven en otro planeta. No les importa absolutamente nada ni nadie. Luego vienen las sanciones y las medidas ejemplificadoras. Tarde. La virtualidad no es una joda. Habría que avisarle a toda la troupe legislativa. Quizá frenen sus vicios y trabajen en lo que corresponde. Para eso les paga el pueblo.