La sociología y el fútbol argentino son dos ámbitos que han estado estrechamente ligados a lo largo de la historia del país. Sin embargo, esta relación no ha estado exenta de conflictos y desigualdades marcadas. El centralismo y la dirigencia verticalista han perpetuado una brecha entre los clubes más poderosos y los del interior, quienes sufren en el olvido y en sus economías.
El fútbol argentino se caracteriza por un alto grado de centralización, tanto en términos de poder como de recursos. Los clubes más grandes, ubicados principalmente en Buenos Aires, tienen un dominio absoluto sobre el resto del país. Esta concentración provoca que los beneficios económicos sean para unos pocos privilegiados, mientras que los equipos del interior luchan por subsistir en condiciones precarias.
Además, la falta de políticas inclusivas ha llevado a una situación donde los clubes más pequeños no pueden competir en igualdad de condiciones con los grandes. La falta de apoyo financiero y estructural ha generado una profunda desigualdad entre las instituciones deportivas argentinas.
En conclusión, es necesario replantear el modelo actual del fútbol argentino para garantizar una distribución más equitativa de recursos y oportunidades. Solo así se podrá superar la brecha existente entre los clubes poderosos y aquellos que luchan desde el olvido del interior del país.