La ciudad de la duda

Cuando la presencia de este virus maldito que mata alrededor de todo el mundo se acerca comienzan a generarse dudas e incertidumbres. Acusaciones. La sensación de mostrar que todo se hizo mal crece. Como también lo hace la preocupación un pensamiento que es lógico.

Entonces las redes sociales que sirven como herramienta de catarsis muestran las frases más descarnadas. Se pone en tela de juicio lo hecho hasta el momento. Aparecen nombres y apellidos como así las manifestaciones infundadas.

Nadie está exento. El peligro del contagio está en la calle. El distanciamiento social ahora más que nunca es necesario. Siempre aparece ese margen de error. Aunque se hagan los esfuerzos más conscientes.

Toma protagonismo la irresponsabilidad de los que saben lo que no se debe hacer sin embargo desafían todos las prevenciones que se toman. Mala cosa la de juzgar. Feo síntoma pensar que está todo mal y que seguirá peor. Es quitarle crédito al que se preocupa por el bienestar general.

Es dejar sin participación al que tiene empatía. Al que se cuida a sí mismo y que a la vez protege al otro. Hoy San Antonio Oeste se ha transformado tristemente en la ciudad de la duda…

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