Debe morir más gente para entender. Debe morirse alguien cercano para reaccionar. Suena como demasiado dramático. Pero por momentos no hay lugar para más análisis. La crisis del sistema de salud nacional y provincial está a la vista. Pero a nadie parece importarle demasiado.
Las recomendaciones están por todos lados. Todos sabemos que es lo que tenemos que hacer. Aún así hacemos caso omiso. Es ahí donde debemos entender que el problema es nuestro. El virus es mundial y nadie está exento.
Por más medidas que se tomen. Por más retenes que se coloquen en los accesos si cada integrante de las comunidades no suma su aporte vamos a estar peor. No nos quejemos entonces. Que existen fallas es cierto. Que falta infraestructura es verdad. Sinceramente hoy lo que está faltando es compromiso.
De qué sirve llenar las redes sociales con avisos que rezan “de esta salimos todos juntos”. Piensen como hacemos las cosas no habrá panorama alentador en lo mediato y en el mediano o largo plazo será como esperar un golpe de suerte, que puede no darse…