Recordando a «Mao»

Vuelven a mí las imágenes de una tarde de fútbol. Cualquier tarde de sábado o domingo. No sé bien pero siempre recuerdo la misma imagen. Unión había caído derrotado. Creo que 3 a 2, el rival enfrente había sido el siempre complicado Sportivo Ferrocarril sino me traicionan los recuerdos. Tampoco sé si ese partido permitía el acceso a algo más importante o a otra instancia superior. Pero la realidad es que los jugadores estaban mal. Por la derrota en primer lugar, por la gente que los había estado acompañando. Se moría la tarde despacio en cancha del náutico. Comenzábamos a retirarnos despacio las almas que estuvimos presentes en el partido. Aún sin quitarse la indumentaria la orden fue colocarse un abrigo. José Luis Castaños que orientaba técnicamente al plantel y llevó a sus jugadores al círculo central y comenzó a recitar acaso una suerte de pregón. Como aquel líder de escuadrón que intenta levantar la moral ante las perdidas. Recuerdo que mi curiosidad pudo un poco más y cuando guarde mis hojas, mi auricular y mi cámara de fotos que no tenía un alcance superlativo. Casi como un intruso me acerque a unos metros.  Entre otras frases no me olvido de las siguientes: “Jugaron bien, pero el rival también juega, no se nos dio” “Somos Unión dimos lo mejor por toda la gente que nos vino a ver” “No se olviden que detrás nuestro está la familia del club y la gente que nos acompaña” “Tenemos que seguir trabajando”. Entonces me di cuenta que ese es el liderazgo necesario para cada equipo. El resultado es un accidente del juego. Se guarda en las estadísticas. Pero la vida sigue y ante la derrota lo que tiene más valor el sobreponerse a las perdidas. El otro día charle unos minutos con quien para mí fue uno de los mejores delanteros entre otros que tenía ese equipo Erick “El Quincho” Maciel. Aguerrido centro delantero. Guapo. Metedor. Todo corazón en la delantera del C.A.U y recordamos a José Luis. Entonces sé que su imagen y su trabajo ha quedado grabado en todos aquellos que fueron sus dirigidos o que estuvieron cerca de su tarea. Con orgullo me contaba que “El equipo de Mao” juega en el Torneo de Veteranos y que la idea fue que en cada domingo donde se juegue este presente. Me parece que es el mejor homenaje que se le puede hacer a alguien que ha trabajado por el deporte y por la formación de personas de bien. En lo personal debo decir que siempre fue una persona respetuosa del trabajo de los medios y que siempre estuvo cuando lo requerimos. Recorrimos varios kilómetros para ver a su primer equipo enfrentar a rivales de consideración. Aun cuando las cosas no salieron bien. El espíritu siempre se mantuvo en alto. Y eso es lo importante. Por eso cuando el pulso de la calle denota tristeza por los sometimientos, por las injusticias o la falta de espacios vuelvo a esos días. Imagino un ataque frontal de “los negritos de Unión”, lo veo a Pascual haciendo señas para que abran el juego  y a «Mao» parado al lado del banco de suplentes, serio pero calmo. Aparece la emoción y alguna lágrima al intentar evocar a un tipo bueno. Alguien necesario para el deporte más popular quién desde algún lugar pretenderá que su club crezca y le brinde a los que vienen desde abajo un espacio de contención, porque bien sabido es que San Antonio Oeste necesita esas acciones. Si se pretende una sociedad mejor…