Presentando sueños

Confieso que escribir en primera persona no siempre es mi fuerte. Me incomoda un poco esa sensación de hablar de uno mismo, de rozar ese egoísmo que a veces nos invade. Pero esta vez, la ocasión lo ameritaba.
Hace poco, me propusieron conducir una velada de boxeo en San Antonio Oeste. Una tarea que, al principio, me generó cierto incertidumbre. No sabía cómo reaccionaría el público, si mi estilo encajaría. No soy un experto en el mundo del boxeo, y eso siempre añade un poco de incertidumbre.
Pero nadie me obligó, ni me dio instrucciones precisas o directrices. Tuve la libertad de hacer lo que creí mejor para el espectáculo. Y desde la humildad, puedo decir que puse todo mi empeño en ello.
Mi objetivo principal no era brillar, sino dar protagonismo a un grupo de jóvenes que se esfuerzan día a día en el gimnasio. En estos tiempos donde el protagonismo se lo llevan quienes menos lo merecen, me pareció justo destacar su dedicación y talento.
Después de meses de preparación, estos chicos tuvieron la oportunidad de mostrar su valía ante su público. Y me siento orgulloso de haber podido contribuir a que ese momento fuera especial.
No todo en la vida es dinero o reconocimiento. A veces, vale la pena salirse de la rutina y aportar nuestro granito de arena. Y si en algún momento alguien recuerda que, un 12 de abril, hubo alguien que intentó acompañar a estos jóvenes boxeadores, me daré por satisfecho.
Pero lo que realmente me llevo de esa noche son las palabras de agradecimiento de los chicos que valen más que cualquier recompensa económica.
Gracias a Jorge y Gabriel Calfin del «Team Cristian Lagos» y «Puñalef Calfin Promotions» por su confianza y apoyo. También a cada uno de esos pibes de barrio que, con humildad, practican esta disciplina, a sus familias por el apoyo incondicional. Mi viejo desde algún lugar en el cielo seguramente me ve y me guía, diciéndome lo que está bien y lo que no, siempre con sentido crítico pero constructivo.
Y por supuesto, gracias al gran público por permitirme ser parte de esta experiencia. Su energía y entusiasmo hicieron de la noche algo realmente especial.