El estado de ánimo de Mauricio Macri es cambiante. Delante de sus ministros y secretarios, busca mostrarse seguro de que es posible revertir la derrota de las PASO. Él y Marcos Peña aparecen como los más optimistas. Entre los funcionarios, en cambio, predomina el pesimismo y ya parecen haber comenzado a despedirse del poder.
En el Gobierno se ha vuelto frecuente escuchar conversaciones -con el único cuidado de no hacerlo nunca cerca del Presidente- sobre lugares paradisíacos en los que planean unas largas vacaciones o ambiciosos proyectos laborales en la actividad privada.
Macri hace lo que puede para tratar de contagiar entusiasmo. Este miércoles, en la quinta de Olivos, recibió a los atletas argentinos que participaron en los Juegos Parapanamericanos en Perú. «Nosotros vamos a ganar, como ganaron ustedes», les dijo. Poco antes, cuando salían de la residencia presidencial tras el encuentro con los legisladores de Cambiemos, dos funcionarios de primer nivel conversaron sobre la posibilidad concreta de asociarse el año que viene para poner en marcha una consultora política. No son los únicos con proyectos de esas características.