Durgan Nallar es docente y autor del libro Diseño de Videojuegos en América Latina y, con una mirada global sobre la industria, explica que «a nivel mundial, el año pasado hubo ingresos récord de 116 mil millones de dólares, según la consultora Newzoo. Es más que el cine. La industria de videojuegos latinoamericana ha crecido también, aunque con dificultades. Todavía es pequeña en relación a otras regiones, pero el año pasado superó los 4000 millones de dólares en ingresos».
Hecho en la Argentina
En la Argentina ya hay más de 100 empresas dedicadas exclusivamente al desarrollo de videojuegos. Pero toda la región está experimentando un gran crecimiento. «Latinoamérica está siendo vista por todo el mundo como lugar de innovación creativa en la industria, con países tales como Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y Argentina que día tras día son noticia a nivel mundial por uno u otro proyecto. Esto llevó a, que por ejemplo, se cree la Federación Latinoamericana de Videojuegos impulsada principalmente desde la Argentina a sabiendas del camino ya realizado por la asociación local, ADVA» dice Navajas.
En el país hay estudios de desarrollo que se han erigido como grandes empresas que ya ofrecen posibilidades de trabajo local con alcance internacional, y Etermax (la firma detrás de Preguntados, que llegó a tener 125 millones de usuarios) es un ejemplo de ello. Según su fundador, Maximo Cavazzani, la empresa ya emplea a casi 250 personas en el país. «En la oficina de Buenos Aires tenemos un equipo multidisciplinario que supera las 210 personas. Dentro de muy poco abriremos una segunda sede ubicada en Puerto Madero. Recientemente ampliamos el equipo de Montevideo, Uruguay, con dos nuevos Departamentos de Arte y Desarrollo, llegando a 35 personas. Adicionalmente, a principios de este año abrimos un nuevo estudio en Alemania con el objetivo de reunir a un equipo conformado por los mejores talentos de la industria de los videojuegos de Europa, que continúa ampliándose» indicaba.
Entre las diferentes especialidades, las empresas de desarrollo emplean a diferentes profesionales. «En Etermax los equipos están distribuidos por perfiles multidisciplinarios, esto quiere decir, que por cada proyecto hay especialistas que van desde animadores, ilustradores, desarrolladores full stack, analistas de producto, analistas de negocio, redactores creativos, entre otras disciplinas. Actualmente estamos migrando las plataformas de desarrollo a plataformas unificadas para agilizar los tiempos de desarrollo y mantener una única base de código fuente» aseguraba Cavazzani.
Videojuegos for export
Si bien el volumen de desarrollo de videojuegos argentinos crece en forma continua, el 95% de dicha producción se destina a países extranjeros, siendo los principales mercados Estados Unidos y países de Europa y Asia.
Daniel Gómez Cortés, director de la filial local del estudio NXA, una empresa que desarrolla toda su producción para el mercado internacional, explica que «en la Argentina trabajamos desarrollando contenido para un solo estudio: Nether Realms, conocidos por la franquicia Mortal Kombat e Injustice, dos juegos de combate muy populares. El volumen de trabajo es menor que las otras filiales de la empresa por el hecho de ser un equipo nuevo y más chico, pero nuestro nivel productivo per cápita es más alto. En comparación, nuestros estudios en China ofrecen servicios más variados para una gran variedad de empresas como Capcom, Activision, EA, y Ubisoft. En la Argentina nuestro enfoque es especializarnos en nuestro campo y en crear equipos dedicados con relaciones a largo plazo.»
Sobre el equipo de trabajo, Cortés hace hincapié la importancia de la especialización por áreas. «Por el momento somos un equipo de 22 artistas. Nuestro enfoque es el desarrollo de personajes para videojuegos. Dentro de esta especialidad hay artistas que tienen habilidades especiales, como modeladores más plásticos, y otros tienen perfiles más técnicos o desempeñan tareas específicas como crear pelo, dar color y textura a materiales o simular tela. Pero sobre todo, los artistas desarrollan especialización para cada tarea», dice.
NXA es solo una de las empresas que exporta el contenido creativo creado. Cecilia Barat, que es parte de la VGGE (Video Games and Gamification Engineering) de la IEEE, una sociedad internacional de ingeniería que orienta su actividad al sector profesional, académico y científico de los videojuegos, detalla que «muchos estudios y empresas, como por ejemplo Globant, trabajan en proyectos contratados por desarrolladores y publishers. Es porque pueden aportar una gran calidad de producción a un precio medianamente aceptable. Pero la competencia de otros países, en general asiáticos, reduce bastante la demanda. Son más baratos y están creciendo en calidad de trabajo, así que podrían aparecer complicaciones. Es difícil preverlo debido a la incertidumbre que vive el país. Sería importante que la Argentina desarrolle más productos propios».
En el país también se desarrollan juegos de terror y aventuras creados desde cero en la Argentina. Uno de ellos es Asylum, que apunta al mercado internacional y a todas las plataformas. Se trata de un desarrollo de la empresa Senscape en la que, según su CEO Agustín Cordes, «trabajan un director/diseñador, un artista 3D y un programador».
Si hablamos de videojuegos que triunfan en el mercado internacional es imposible no hablar de Preguntados. Al respecto, Maximo Cavazzani le decía a LA NACION que «antes de Preguntados nadie creía que un juego latinoamericano podía triunfar en EE.UU. No sólo triunfó, sino que batió todos los récords y llegó a los oídos de Silicon Valley. Esto abrió muchas puertas, para nosotros y para los demás también. Las personas suelen pensar que fue desarrollado en Silicon Valley y que es imposible concebir un producto así desde aquí. Yo soy de la idea de la desmitificación. Creo que emprender un proyecto como el de Etermax desde un país como la Argentina no implica ninguna clase de traba. Los empleados de Etermax no son gente extraordinaria, es decir, no es que hay un gurú de base de datos que encontramos en Islandia, todo lo contrario, son gente ordinaria, con muchas ganas de hacer, son parte de un grupo que se fue consolidando para hacer cosas extraordinarias. Y después de varios años de empeñar mucho esfuerzo, de aprender de los errores y tratar de ser mejores, pudimos llegar a mirar al costado y ver que estás jugando en primera».
«En la Argentina contamos con buenos profesionales, educación gratuita, un profundo sentido de lo estético y la población está concentrada -afirma Cavazzani-. Esto, sumado a un costo competitivo a nivel mundial hace que uno pueda formar buenos equipos que, al final, es lo más importante. Los juegos hoy en día tienen una distribución mundial muy simple, sobre todo, los que son para celulares, lo que hace que prácticamente todos los videojuegos se lancen de la Argentina para todos los mercados.
Con algunos contratiempos
Uno de los problemas más frecuentes que suelen enfrentar los estudios locales es el presupuesto. Asylum, el juego de terror de Senscape, es uno de los juegos que ha sufrido dichas dificultades. «Fue un desarrollo muy extenso que aún tenemos que terminar, aunque cada vez falta menos. Expectativas y entusiasmo no faltan: la gente recibió la idea del juego desde el primer momento con brazos abiertos, pero nos quedamos muy cortos con el presupuesto», admite Cordes.
También Nallar tiene una mirada crítica sobre el panorama local. «En la Argentina es difícil crecer. Demasiados impuestos, bajos incentivos por parte del Estado, poca capacitación y mano de obra. Sin embargo, se crece. En definitiva, más allá de los problemas socioeconómicos, es una industria que exporta software y, por tanto, trae divisas. No hay consumo local, pero permite vender en el resto del mundo, si se sabe cómo -advierte-. Parece haber más producción de juegos para smartphones que para computadora, y muy escasos para consolas. Desarrollar para móviles suele ser más barato y con tiempos menores. Los juegos AAA (alta calidad en arte, diseño y tecnología) requieren presupuestos enormes y un know how que hoy tienen dos o tres empresas. La mayoría hace juegos de autor, en forma independiente. En América Latina estamos todavía lejos de alcanzar los estándares de calidad internacionales. Salvo excepciones, la producción nacional sufre carencias de toda clase. Las instituciones forman generalistas. El mundo exige especialistas. Y, por supuesto, hacen falta inversiones y mayor apoyo estatal y privado».
Maximo Cavazzani también opina que el desarrollo de un juego de alta calidad técnica todavía es algo difícil de realizar en nuestro país. «Sí es viable, pero requiere de otro tipo de esfuerzos y en la Argentina no contamos con tanta experiencia como en otros países. Producir juegos AAA es caro, puede llevar 2 o 3 años -calcula el creador de Preguntados- y hay que financiar todo ese desarrollo sin tener ingresos durante ese tiempo. A diferencia de desarrollar juegos para mobile, no podés testearlo en un soft launch con usuarios previo al lanzamiento para saber si va a funcionar o no, con lo cual, estás trabajando a ciegas durante todo ese tiempo y sin generar ingresos. En general, son estudios grandes quienes encaran ese tipo de proyectos y tercerizan el desarrollo a través de varios estudios con equipos de cientos de personas.»
Mano de obra calificada: el gran desafío
Como sucede en otras aéreas de la industria tecnológica, las empresas de videojuegos están a la espera de más personas capacitadas para trabajar en diferentes aéreas.
Diego Ruiz es CEO del estudio Dedalord ( creador del Running Fred y otros títulos) y además lidera el área de educación dentro de la Comisión Directiva de ADVA, y dice que «los programadores se encuentran en muy alta demanda. Los lenguajes más utilizados por la industria son C++ y C#, pero se utilizan en conjunto con frameworks específicos de la actividad, como lo son Unreal Engine, Unity y Godot, entre otros. Usualmente los programadores novatos suelen provenir de carreras específicas de desarrollo de juegos o de carreras universitarias de sistemas».
También los diseñadores gráficos son muy requeridos en una industria que demanda cada vez más profesionales. «Los diseñadores gráficos y artistas en general también son roles compartidos con productoras de contenidos multimedial fuera del mundo de videojuegos, pero tener experiencia específica en el rubro es muy valorado, ya que existen diferencias sustanciales que puede llevar algo de tiempo incorporar. Los diseñadores de juegos la tienen algo más difícil porque es un rol específico de la industria que no aplica a otras ramas del desarrollo de software. La industria local crece año tras año, pero sigue siendo pequeña a niveles absolutos y conseguir ubicarse como diseñadores en un estudio de juegos es un gran desafío», explica.
La solución a este problema, claramente es la capacitación y formación, cuestión que está en pleno desarrollo en el mundo académico. «En cuanto a la capacitación disponible creció mucho la oferta, especialmente entraron al juego universidades tanto privadas como públicas, por ejemplo, en el último tiempo, se creó una Licenciatura en Producción de Videojuegos en la Universidad de Rafaela, Santa Fe, -indica Cecilia Barat-. Hay mucho interés en el tema desde la educación porque se lo percibe como un área que crece en lo económico. Una queja habitual de las empresas es que las instituciones forman profesionales generalistas cuando se precisan especialistas, y que ellas deben absorber el costo de formarlos para determinadas tareas. Pero al mismo tiempo, circula la idea de que es innecesaria la educación en videojuegos, que se hace uno trabajando. Y es muy peligroso este último concepto en cuanto a las posibilidades de desarrollo de una industria, porque de esa forma jamás va a despegar. Se avanzó mucho en cuanto a oferta educativa, pero claramente hay que reforzar. Aún está puesto el foco más que nada en la programación de videojuegos, pero cada vez se presta más atención al game design, a la producción de videojuegos, el testing, el arte, etc. Desde la VGGE creemos que es imperiosa la necesidad de una carrera de Ingeniería en Videojuegos, pero estas cuestiones requieren debate y llevan tiempo. La formación tiene que ser a la vez integral y especializada.»
A la hora de encarar un estudio superior, la oferta es mucha y variada. «Si queremos estudiar videojuegos existen hoy muchas opciones -detalla Diego Ruiz-. Carreras terciarias específicas como las que ofrecen Image Campus, Escuela Da Vinci, Universidad Maimónides, UADE, UAI y UTN. Poseen la ventaja de ofrecer una capacitación más veloz ya que la duración usual ronda los 3 años y desde el día uno nos encontramos viendo temas con aplicación directa a videojuegos. También existen carreras clásicas de ingeniería que permiten al estudiante especializarse en los últimos años, como lo es el ITBA en su carrera Ingeniería en Informática. Son 5 años pero poseen un título con una incumbencia profesional más amplia y al ser de grado también nos habilita ir luego por un posgrado.»