Fue por el año 2010 cuando partió hacia la eternidad Luis Nahuelfil aquellos que estábamos cerca porque en ese tiempo el “Cabezón” formaba parte de nuestro circulo más intimo nunca lo olvidaremos. A pocos días de su deceso siendo sus hijos muy pequeños se me ocurrieron algunas líneas las que luego merced a una gestión de su esposa fueron reproducidas por uno de los matutinos de mayor llegada en la provincia de Río Negro…
Esto intenté redactar aún con la angustia a flor de piel…
”Aplaudido por una multitud se fue a su descanso eterno el Cabezón Nahuelfil; no se aplaude en la despedida final a un tipo si no ha sido buena persona o si no ha dejado algo, pero así fue como sucedió. ”Aquellos que lo conocimos y que tuvimos la posibilidad de compartir cosas con él guardaremos siempre el mejor recuerdo, ese que nos llevará a recordarlo como alguien que dio lo que pudo dar por los demás. Que lo recuerden los colegios donde fue preceptor, la Liga de Fútbol de Conesa que en su época de gloria lo tuvo entre sus filas, que lo recuerden en la Línea Sur todos aquellos a los que él les dejó una semilla de esperanza y una enseñanza. ”La tierra en que tantas veces intentaste hermanar al hombre para que diera sus frutos es la misma que desde hoy te va a cobijar, Cabeza, porque sos parte de ella vos más que nadie. Descansá tranquilo y en paz, en unos días va a florecer tu Conesa y no me caben dudas de que florecerán más fuertes tus ideas y tus técnicas y serán más resistentes a los vientos tus invernaderos. ”Tus hijos llevarán por siempre tu legado, la intención de saber cómo producir, cómo hacer para generar el sustento. No porque tu cuerpo duerma el resto desaparece; no es así. Por eso simplemente hoy quiero quedarme con tu imagen de tipo cansado por los kilómetros recorridos, con la imagen de buen compañero, con tus silencios y con la alegría de Mateo cuando veía a su padrino. Yo sé que hoy lloró el Valle pequeño bañado por el río Negro y que estuvo más triste que nunca el barrio de los Bomberos… hasta dicen que el canal grande hoy se vio como un poco más seco y los álamos, en reverencia, acompañaron tu entierro. Muchas lágrimas que nacieron debés saber que son ciertas y así te fuiste, aplaudido por todos los presentes como en agradecimiento. Llevate, Cabezón, de este mundo lo que quieras, si es que se puede, para tu descanso eterno. Yo sabré que en alguna nube andarás sembrando surcos al cielo. Ahora te tiene Dios, podrás gestionar ante Él que a la fruta de carozo no le mande tanta piedra y, si podés, pedile que a los chacareros les mande buenas cosechas. ”Fuiste capacitado para trabajar la tierra, la misma que hoy te abrigará para que tus raíces crezcan más fuertes. Andá nomás y con total tranquilidad supervisá los cuadros eternos. Vas a volver en cada cosecha, en cada atardecer, cuando se llenen las acequias, cuando para el lado de las chacras pedaleen las bicicletas, cuando nos toque partir a nosotros y, si allá arriba hay aduana, seguro te vamos a ver seleccionando calidad… pero esta vez de gente que merezca el cielo y que como vos en el alma guarde, aunque no se vea, alguna razón noble y una intención buena»