La planta rusa de reprocesamiento nuclear Mayak, en los Urales del sur, debió ser el origen de la «misteriosa» nube radiactiva que se movió en 2017 por toda Europa, parte de Asia y la Península Arábiga. Esa es la conclusión de un amplio estudio científico cuyo resultado contrasta con la negativa de Moscú al respecto.
En la investigación, titulada «Concentraciones en el aire y consideraciones químicas del rutenio radiactivo de una gran emisión nuclear no declarada en 2017», participaron 69 expertos de diversos países, informó el lunes la Universidad Técnica de Viena (TU), institución parte de la investigación, en un comunicado.
Después de que nadie asumiera la responsabilidad del fenómeno (hasta ahora), los científicos analizaron los datos recopilados por 176 estaciones de medición de radiación distribuidas en 29 países.