(*) Por Federico Figanza. La semana pasada Nicolás Posse se reunió con Guido Sandleris y Luis «Toto» Caputo. No fue una reunión para ver «como la veían». Posse es hoy el interlocutor designado con la gente de Macri para armar un eventual gobierno que tenga a Milei como presidente. En ese encuentro se trabajó en concreto sobre el plan económico. Tan en concreto que llamaron al ex secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, para repasar los números de recaudación, estructura impositiva y gastos del Estado.
La reunión tiene una importancia extraordinaria porque confirma la dimensión del tsunami macrista que está barriendo con lo que se conoció como La Libertad Avanza. Ninguno de los integrantes del equipo económico de Milei formaron parte del encuentro. Ni el designado dolarizador y liquidador del Banco Central, Emilio Ocampo, ni el verdadero jefe de los equipos técnicos, el ex viceministro Carlos Rodrígu
Con un agravante: el encuentro ocurría casi al mismo tiempo que Milei ratificaba ante los medios que su propuesta de dolarizar y eliminar el Banco Central seguía incólume y juraba que no iba a permitir que el macrismo avance sobre el área económica. Desde las filas del ex presidente, Sandleris se sumaba a la fantochada, publicando un tuit en el que negaba cualquier contacto con Milei.
En esta columna se publicó hace más de un año y de nuevo en mayo pasado, que el Plan A de Macri era Milei, que quería sacarse de encima a los radicales, Larreta y Carrió porque le resultaban «muy caros» y cerrar con el libertario porque medía más y no tenía a nadie, de manera que le podía copar todo el gobierno. Desde ese momento hasta la reunión en su casa de Acassuso con Milei, apenas 48 horas después de la primera vuelta, Macri y sus voceros siempre negaron el pacto en marcha. Es lo que hacen, no hay que molestarse.