Cuando es inminente un viaje a Bariloche, el primer souvenir que todos piden es chocolate. El chocolate de Bariloche es el símbolo absoluto de la gastronomía local, un producto artesanal que ha sido distinguido como uno de los más finos del mundo.
Desde el año 2007 San Carlos de Bariloche sumó entre sus atractivos turísticos el Museo del Chocolate, que muestra el proceso de fabricación artesanal, así como la historia del cacao y el chocolate incluyendo su salto a Europa y su llegada a Bariloche de la mano del matrimonio de inmigrantes italianos.
El chocolate barilochense tiene su origen en el norte de Italia. Fue el inmigrante Aldo Fenoglio y su esposa, Inés Secco, quienes llegaron desde Torino (Turín) alejándose de las secuelas de las guerras que sacudieron a Europa, en 1947.
Fenoglio, cuya profesión era repostero y chocolatero, llegó a Bariloche a cumplir el sueño del inmigrante, pero en realidad creó una tradición que conjuga las viejas recetas europeas con las innovaciones que se le han ido incorporando en la ciudad. Además, desde su fábrica original han salido los actuales maestros chocolateros que, independizados, han abierto muchas chocolaterías que cada día ofrecen a los visitantes los más deliciosos recuerdos de su visita a la ciudad.
El Turista, Benroth, Mamuschka, Rapa Nui son chocolaterías emblemáticas de Bariloche, pero también son desprendimientos de la fábrica madre de Fenoglio. Tabletas, chocolates rellenos con y sin licor, chocolates con frutas secas, bombones, bocaditos, turrones, alfajores, en rama, en trufas, en fondue y el clásico chocolate caliente en taza, son sólo algunas de las más de 200 variedades de chocolates que se puede conseguir en la ciudad.
Las destacadas chocolaterías de Bariloche elaboran el producto a la vista de los turistas y su producción durante los últimos años ha tenido un aumento considerable. Este producto y sus derivados, que se comercializan en el país y se exportan a los mercados más importantes del mundo hablan de la calidad y personalidad que se impone en el rubro.
Desde 2012, se celebra la Fiesta Nacional del Chocolate. El festejo tiene su punto máximo con la elaboración de una barra gigante, de chocolate y cereales, que llega a medir 200 metros de largo e insume unos 2000 kilos de materia prima.
Durante cuatro días la mayor parte de las actividades se centran en el Centro Cívico y en las primeras cuadras de la Mitre peatonal. Durante esos días se puede disfrutar del paseo y la casa de chocolate, charlas temáticas, esculturas en chocolate, demostraciones, catas y regalos.