La angustia que se siente es profunda, sobre todo porque nadie merece morir así como murió Simón… un perro bueno… amigo de todos los perros pero sobre todo muy amigo nuestro…
Entre convulsiones y llanto de quienes estuvieron cerca se fue al mas allá, hacía un año había dejado este planeta Chicho su hermano…
Un veneno que es como una droga, los adormece y rápidamente ataca el sistema digestivo y en pocas horas los mata los lleva a la muerte de la forma más cruel…
Se entiende que no es una dosis que se prepara en un laboratorio casero, debe haber una mano de alguien que entiende, es raro que solamente ataque el organismo de los animales y no de los seres humanos…
Esa porquería es la que se tira en San Antonio Oeste…
Lo vivimos de cerca y créanme que no les gustará en absoluto sobre todo si tienen mascotas que los acompañan en sus vidas, que son fieles compañeros en los triunfos y en las miserias…
Queda una sensación de impotencia dando vuelta en tu cabeza que no se digiere fácilmente porque si existe gente que se encarga de generar el escenario para que se produzca ese exterminio secuencial creo que estamos muy mal o muy enfermos
Que pedirle a la Municipalidad o a nuestros ediles si carecen de toda iniciativa y sustento…un cúmulo de ineptos que cobra su sueldo al pedo…
Pero más allá de todo quisiera ponerme del lado de quienes pretenden contención para los animales, de aquellos que luchan a veces sin medios por los “callejeros” y por todas las mascotas del medio, simplemente instarlos a que sigan con la tarea que será altruista e interminable…
También agradecerle a Simón por los años que nos acompañó, por su tiempo, por sus ladridos y sus juegos, por estar y estar siempre sobre todo en las más feas…
Me quedo con los momentos compartidos y las horas felices y aquellas que nos vieron mirando juntos el cielo… Chau hermano no tengo dudas que vamos a volver a vernos…