En estos días en los que todos los argentinos nos volvemos un poco técnicos de fútbol hemos escuchado versiones diferentes sobre la Selección Nacional. Comparto la mirada del Director Técnico de la «albiceleste» al considerar que la vida no va en un partido de fútbol. Aunque es entendible la pasión y todo lo demás. Entendible hasta cierto punto. Un hincha de Boca me decía «si tenés una pasión no te importa nada». Es una mirada. No creo que deba ser así.
Es verdad que necesitamos alguna alegría después de tanto dolor. Es cierto que nos encerraron como si fueramos especímenes, es verdad que nos pasan cosas complicadas a los argentinos, es real que la economía es el peor de los yugos, pero la vida no pasa por un resultado o una clasificación a octavos o no. Vuelvo a lo mas terrenal y más cotidiano. Alguien me decía mientras se jugaba el partido entre Argentina vs Mexico «tengo que laburar hermano, Messi no le va a dar de comer a mi familia» y quizá esa persona no estuvo frente a un televisor, compartiendo con sus amigos o su familia. En su trabajo no pudo hacer la pausa que por imposición muchas veces decretamos quienes amamos este deporte. En fin las cosas están planteadas así y aunque querramos torcer esa mirada será muy difícil. Si la Selección clasifica y avanza estará todo mas que bien. Pero no bastará con eso. Si pierde vendrán los analistas y gurúes de siempre a decir que todo lo que se hizo fue en vano y que es necesario «hacer una limpieza». Cosas de esta argentinidad que por ser pasional a veces nos hace derrapar en nuestras ideas. En síntesis al margen de los resultados la idea es que al combinado nacional le vaya bien y que al final de cuentas «No es tan dramático»