El Gran Engaño de la Pandemia: Un Balance Crítico del 19/20
El tiempo ha pasado, pero el dolor y la indignación por lo vivido entre 2019 y 2020 siguen intactos. Aquel período no fue solo una crisis sanitaria; fue la radiografía brutal de una gestión desastrosa en todos los niveles gubernamentales.
Fuimos testigos de cómo las medidas de aislamiento social fueron pésimas , impuestas sin una estrategia real que protegiera a la población y a la economía.
- El encierro forzado y el hambre: Millones de personas fueron condenadas a permanecer encerradas, viendo cómo su capacidad de trabajar y generar ingresos era aniquilada de un día para otro. El «quedate en casa» no fue una medida de salud pública para muchos, sino una sentencia a la precariedad y el miedo .
- La indiferencia ante la muerte: La cifra de fallecidos se convirtió en un frío boletín diario. Mucha gente murió , sola, lejos de sus seres queridos, y parecía que a nadie en el poder le importaba realmente
- Nuestros Hospitales: El Colapso de la Humanidad: Los hospitales se transformaron en una versión moderna de la barbarie, una verdadera «Camboya» donde el personal de salud luchaba heroicamente con recursos limitados y decisiones políticas erráticas.
La indignidad de la vacunación: Filas kilométricas y privilegios
Cuando por fin llegaron las vacunas, la injusticia se hizo flagrante:
- Las Filas del Desprecio: Vimos largas filas en los hospitales para recibir las dosis, colas que daban dos o tres veces la vuelta a una manzana , con adultos mayores y personas de riesgo expuestas, esperando horas por su turno
- El «Yo Primero»: Mientras la población sufría el rigor de la espera y la exposición, los funcionarios y políticos se aplicaban las dosis primero , saltándose los protocolos y las listas de prioridad. Se vacunaban sin importarles el resto de la población, demostrando un nivel de clasismo y corrupción moral que simbolizó lo peor de la gestión de la crisis.
La Ridiculización del Trabajo: Obreros Sometidos a la Burocracia
Para que los obreros de la construcción pudieran o no trabajar, se implementó un sistema kafkiano de órdenes de permisos, autorizaciones y planillas ridículas . La actividad productiva fue sometida a una burocracia paralizante y humillante .
El Reino del Absurdo: El Control de la Vida Cotidiana
El ser humano tuvo que atravesar situaciones que rozaron lo ridículo: círculos de soga en la arena de los balnearios para mantener la distancia, e intendentes decidiendo si se podía ir a una rotisería o salir a caminar
La Mirada Sociológica: La Corrosión del Carácter (Richard Sennett)
Esta gestión del miedo y el encierro aceleró la «corrosión del carácter» . El retorno forzado al universo privado aniquiló al «hombre público» . La dignidad fue erosionada por la imposibilidad de trabajar y la dependencia de un Estado que solo supo administrar la escasez con soberbia.
Represión y criminalización absurda
Las fuerzas de seguridad se manejaron con excesos inaceptables , criminalizando a la gente por intentar visitar a un pariente o un familiar.
La Paradoja de las Restricciones
Se cerraron los lugares nocturnos, y el resultado fue la explosión de fiestas clandestinas por todos lados . La medida solo desplazó el riesgo y la aglomeración a entornos inseguros
Las políticas adoptadas fueron un fracaso rotundo. Se priorizó el control social, la burocracia absurda y el privilegio de una casta por encima de la vida digna y el sentido común
No olvidemos. La memoria del 19/20 debe ser un recordatorio constante de que la improvisación, la soberbia, el autoritarismo y la falta de empatía tienen un costo en vidas y en el futuro de una nación